La Vida es Bella para San Martín. Un domingo de Pascuas feliz en Gualeguaychú: el “Santo”, aunque sea por unas horas o por un día, conoce ahora los encantos de estar en la cima de la B Nacional.
De las tres “G”, a San Martín solo le faltó golear. Ganar, ganó: un 2-0 sobre Juventud Unida que se quedó corto. Gustar, gustó: sobre todo en esa segunda etapa en la que copó la parada a base de buen fútbol, con el condimento extra de la contundencia que le había faltado en casa ante Instituto.
San Martín toca el cielo con las manos
Fue el triunfo de un equipo que es cada vez más equipo, y también de su entrenador, que suele hacer los cambios necesarios para torcer historias que se iban escribiendo con mano torcida.
Los goles de Walter Busse y de Claudio Bieler refrendaron que San Martín está para dar pelea hasta el final, no ya sólo para entrar al Reducido, sino también por la corona del ascenso directo.
San Martín tuvo dominio territorial y del balón durante casi todo el partido. La “Juve”, con más ganas de empatar que de arriesgar para ganar, tuvo al hábil Ariel Córzera y al contraataque como sus principales pero ineficaces armas.
La expulsión de Lucas Acevedo -infantil al reaccionar con una patada a una falta de Rubén Piaggio, quien también vio la roja, cuando la pelota ya había salido por línea de fondo- a los 20 minutos, afectó más a San Martín que a su rival.
Sobre todo porque Alejandro Altuna, quien hasta entonces era el patrón del medio, tuvo que bajar a la “cueva”. Entonces la pelota empezó a estar más dividida. Juan Galeano ya no pudo desprenderse y asociarse en tres cuartos con Matías García. Eso sí, Altuna también la rompió en un improvisado puesto de zaguero central.
Hasta entonces, la más clara había sido para el “Santo”, una triangulación entre Gonzalo Rodríguez y Galeano que culminó con una palomita de “Turbo” que se fue apenas ancha. Rodríguez fue de lo mejor en la etapa inicial, desbordando una y otra vez.
Mirá los goles de la victoria de San Martín en Gualeguaychú
Ya con diez por bando, Ismael Benegas se convirtió en salvador sobre la línea, ante un cabezazo de Paolo Impini.
Como Damián Arce tuvo un primer tiempo que pedía a gritos su reemplazo y el equipo estaba incómodo desde la expulsión de Acevedo, Darío Forestello lo acomodó de una en el entretiempo con el ingreso de Walter Busse para pararse de volante tapón. El “Yagui” una vez más movió la banca con acierto.
Así, el “Santo” recuperó orden y le agregó profundidad. Y en una ráfaga definió el partido. Rodríguez tocó para Bieler y este devolió la bola “Turbo”, quien tiró el centro atrás para que Busse definiera contra el palo izquierdo de Lucas de León. Dos minutos más tarde, un pelotazo de Galeano encontró a García, de muy buen partido como conductor, quien se la tocó al “Taca”, que cumplió con su vocación de centrodelantero letal tocando al gol.
Pudieron llegar más gritos, porque trastabilló Bieler tras eludir al arquero y Sergio González devoró otro. Así, ante la impotencia de una “Juve” que solo atinó a buscar el descuento en los diez finales sobre todo con remates de media distancia.
Esta vez, al “Santo” no le faltaron cinco para el peso. Y terminó la Semana Santa de la mejor manera, con la resurrección de sus sueños de llegar a la Superliga.